Lo que Eloisa escondía bajo el colchón.
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El castillo al atardecer. |
Erase que se era una poderosa familia de reyes que querían casar a su único hijo Alwo con una princesa genuina. Así que andaban buscando una princesa de rancio abolengo, de esas que habían nacido princesas y se notaba a la legua. Sobre todo por la cuantiosa dote que sus padres entregaban al casarlas.
Pero en todos los reinos de los alrededores ya conocían al arruinado rey Victor y a su manirrota esposa, la reina Priscilla. Por lo que las princesas casaderas hacían un “mutis por el foro” cada vez que la familia les visitaba y les pedían su mano.
Una noche de fuertes lluvias, con rayos y truenos incluidos, alguien llamo a la puerta. El mayordomo bajo presto y abrió, descubriendo a una escuálida y mojada muchacha. La reina Priscila la invito a pasar y cenar con ellos, y comenzó a sonsacarla pensando que por la palidez de su piel debía ser de buena familia y no cualquier campesina de piel oscura.
Reina madre: Priscilla. |
Eloisa pasada por agua la noche de autos. |
La reina Priscilla ordeno que le preparasen una mullida cama con doce colchones de diferentes rellenos a cual más blandito y confortable. Todos encima unos de otros, y bajo ellos un diminuto guisante del que nadie se percataría. Solo una princesa de sangre azul se daría cuenta, pensó para si la reina Priscilla.
Eloisa y el Guisante juguetón. |
A la mañana siguiente cuando Eloisa bajo a desayunar con ellos, Priscilla le pregunto cortésmente como había pasado la noche. A lo que la muchacha contesto que fatal, que había algo duro y molesto en su lecho que se le había clavado por todo el cuerpo haciéndole varios moratones.
La reina emocionada se abalanzo sobre ella y le pidió rápidamente, antes que se lo pudiera pensar, que se casase con su hijo Alwo. Eloisa balbuceaba que no podía, que no debía…pero la reina era tan pesada como convincente. Por lo que acordaron celebrar la boda ese mismo domingo.
El precipitado Banquete nupcial. |
El príncipe heredero, Alwo; y la pálida Eloisa contrajeron un matrimonio tipo “ipso facto”. Y ya en el banquete Priscilla le pregunto directamente a Eloisa por sus propiedades y por donde andaba el palacio de sus papis.
Eloisa en su primera noche como princesa, se puso corona y todo. |
Eloisa la miro perpleja y le contesto que no era hija de ningún rey lejano, que era la hija del colchonero del pueblo. Y que su sensibilidad para detectar el guisante la había desarrollado probando en taller los colchones que los aldeanos encargaban a su padre. Ella era una sensible "tester" entrenada durante años en las leyes mendelianas.
Cuando la "tester" conto que trabajaba de probadora oficial de colchones y que su padre era un simple artesano de colchones de lana usada. La reina Priscilla creyo morir del disgusto.
La familia real se muda de casa. |
Pero todavía la cosa fue a peor cuando estos reyes malgastadores se arruinaron definitivamente y se metieron con Alwo a vivir en casa de sus consuegros. Alli Priscilla cardaba la lana de las ovejas mientras su marido las esquilaba, que así se llama el arte de quitar la lana sobrante a las churras y a las merinas.
De esa forma toda su real familia colaboraba en el relleno de los colchones. Aunque la ex-reina siempre metía un guisante en cada colchón por si alguna princesa venía a quejarse y la podía casar con alguno de sus otros hijos para volver a vivir en un palacio.
De esa forma toda su real familia colaboraba en el relleno de los colchones. Aunque la ex-reina siempre metía un guisante en cada colchón por si alguna princesa venía a quejarse y la podía casar con alguno de sus otros hijos para volver a vivir en un palacio.
Y de esta manera Eloisa, muy pálida y feliz, continuo probando colchones pero esta vez con su amado Alwo. Fruto de tan sufrido trabajo nacieron diecisiete preciosos niños y de uno de aquellos descendientes nació Luisa, la tataratataranieta de Eloisa.
Para los más curiosos os cuento que Luisa es la que aparece abajo (en la foto) mostrando el negocio familiar. Ahora ya trabajan al aire libre, recogiendo colchones de los vertederos con su megaexcavadora colchonera.
Pero no se lo contéis a nadie porque tienen la secreta misión de encontrar aquel colchón relleno con un millón de dolares que arrojo una señora a la basura cuando le regalo uno nuevo a su madre, sin saber que la anciana tenía alli metidos sus ahorros. Por cierto que todavía nadie ha encontrado el colchón marca "Diogenes"...
La tataratataranieta de Eloisa. |
Y colorín colorado este cachondeo de cuento ha terminado.
Hacía siglos que no leía un cuento! Muchas gracias. Me ha encantado.
ResponderEliminarPrecioso y entretenido cuento Neuri, me ha encantado
ResponderEliminarPor cierto, ¿quien encontrara el colchon? ojala lo encuentre alguien que le haga falta.
Un besito
Hola Guapa:
ResponderEliminarMe ha agradado el cuento de Eloisa.
A veces la soberbia no deja mirar hacia adelante (lo digo por la reina).
Bien porque a fin después de todo había el amor, en el matrimonio.
Besote grandote y que estés disfrutando de tu gente de Madrid
Esto si que es una buena adaptación a los tiempo que corren, ja ja ja
ResponderEliminarMe ha encantado.
Un besote.
Sí que es cachondo. Un gran alarde de imaginación con final basado en la esperanza... de encontrar el famoso colchón.
ResponderEliminarSe deduce que eso de encontrar a mano tanto colchón lleva a tener familia numerosa ¡¡¡diecisiete!!! Qué bien los probaba la amiga Eloisa. Con su marido claro.
Bonitos dibujos.
Saludos.
esta asturiana te da infinitas gracias por hacernos participes de tan creativa belleza, un besin muy grande.
ResponderEliminarNo conocía este anhelo de contar cuentos... Es estupendo, estoy un poco en shock, no sabía. Y bien elegidas las imagenes que lo acompañan.
ResponderEliminarHola cariño , "chapo" por tu cuento , muy ameno y muy bonito , besos de pitufa.
ResponderEliminarahh!! lindo cuento..me encantó...me fascinan los cuentos..más los que tienen un final feliz..pues a pesar de la forma en que se dió ese matrimonio. no cabe duda que ahí habia amor..y como no!! con diecisiete hijos.upsss..sí que habia amor.jajaa...saludos Neuri
ResponderEliminarDesayunando y leyendote, Neuriwoman. Me atrapó la historia de Eloísa. Imagino que Luisa encontrará ese soñado colchón...
ResponderEliminarUn saludo grandote.
LaLolaSh: Encantada de ser tu primer cuento despues de siglo, y sobre todo si te ha gustado.
ResponderEliminarUn beso.
Guadalupe: Estoy contigo Lupe, ojala encuentre el colchón alguién que lo necesite y que sea bien repartido.
ResponderEliminarUn abrazo.
Manuel: Esta reina por su soberbia y avaricia termino cardando lana, pero su hijo encontro el amor y la felicidad. En la vida unas veces se gana y otras se pierde.
ResponderEliminarSaludos.
Odry: Gracias por tu comentario y la noticia del colchón es cierta. Una señora le tiro el colchón a la madre para darle una sorpresa a la madre, pero la sorpresa se la llevo ella cuando la anciana le conto entre lagrimas que alli estaban los ahorros de toda su vida. Aunque buscaron en los vertederos nunca llegaron a encontrarlo.
ResponderEliminarJota Mate: Así es amigo Jota, basado en la esperanza...de encontrar el colchón Diogenes o por lo menos que alguna princesa apareciera con molestias por el guisante sorpresa que llevaban los demás colchones de la casa.
ResponderEliminarSaludos.
Ozna-ozna: gracias a ti por la visita y comentarios. Besitos.
ResponderEliminarDDmx dijo...
ResponderEliminar"No conocía este anhelo de contar cuentos... Es estupendo, estoy un poco en shock, no sabía".
Pues es todo un honor haberte dejado en shock con esto de los cuentos. Aunque esto de ser madre lo hace más facil, creo que el instinto maternal va acompañado con el gusto por los cuentos infantiles, aunque este no lo es tanto.
Saludos.
Pitufa: Hola preciosa mia, ya se que eres la seguidora a la que más le gustan los cuentos y los relatos de fantasia. Espero que te haya echo disfrutar.
ResponderEliminarYa que no puedo ir al hospital te visitare cada día por el blog, para ver como sigue.
Un megamillón de besos de colores.
Gotita de amor: que mas puedo decir que "viva el amor" y eso no es ningún cuento, es verdad verdadera.
ResponderEliminarBesos.
Luna: Me temo que Eloisa preferiria encontrar el colchón millonario en la realidad, ya que con diecisiete hijos no le hubiera venido mal.
ResponderEliminarBesos.
Jajajaja... Pobre Priscilla se va a hacer una famosísima tester de guisantes mientras espera :D
ResponderEliminarUn beso, Neuri
Almalaire: Ya sabes que la genetica mendeliana para algunos en muy complicada. Y La reina Priscilla de eso no entiende, solo de cazar una princesa con pedigri y parné.
ResponderEliminarBesazos, guapa.
Desde que era pequeño no me leía un cuento. Mola. Un beso.
ResponderEliminarAh, era un cuento... Por un momento pensamos que conocíamos dicho reino ¡y sus molestos colchones!
ResponderEliminarSalud, Neuriwoman.
Rombo: Pero que barbaridad, que siendo tan anciano no hubieses leido un cuento en tantos años. Tendré que dedicar más tiempo escribir cuentecitos para los buenos amigos.
ResponderEliminarSaludos.
Xindasvinto: Tenga usted cuidado majestad que me han dicho que la reina Priscilla metio guisantes duros en todos los colchones de la fábrica.
ResponderEliminarSaludos.
Aiiiins!!!! lo que me ha gustado el cuento....por cierto, que no busque más, ese colchón lo encontré yo un día que me caí rodando por una montaña mientras escalaba por ella para izarme a una gran nube blanca que hacía las veces de mirador, y al caer de lo alto de la cima tuve la inmensa y doble suerte de aterrizar justo encima del colcón, que se descosió por el impacto por un lateral soltando un billete de los gordos...jajajjja...suertudo que es uno Neuri.
ResponderEliminarAbrazos amiga.
P.d: Tranquila amiga, siempre es preferible la calidad a la cantidad, lo importante es que estás bien.
Menos mal que es un cuento, porque los diecisiete hijos más parecen una maldición.
ResponderEliminarGracias por las risas, me encantaron los dibujos.
Acróbata: pues muchas gracias colega, es un descanso saber que ese adinerado colchón ha caido en buenas manos o mejor dicho que las buenas manos han caido sobre él.
ResponderEliminarYa nos pasaremos por ese Mar en que vives la amiga Towi y yo para hacer un buen reparto. Que tanto dinero no es bueno para nadie.
Saludos cordiales y respetuosos.
Pilar:
ResponderEliminarDepende de como se mire, mi padre tenía un primo que tuvo 17 hijos y decía que solo le dieron trabajo los tres primeros. Despues ya se cuidaban unos a otros, los mayores tenían un par de los pequeños a su cargo. Y así hacian un trabajo en cadena como en las factorías.
En la actualidad es más complicado que la vida esta muy cara, las deportivas son de marca, los colegios y libros caros...son otros tiempos para familia numerosa.
Besos.
¡Qué bonito cuento...!.
ResponderEliminarHoy en un contenedor de basura he visto un colchón viejo... ¿sería el colchón Diógenes?, si hubiera podido leer el cuento esta mañana habría corrido presta a "olisquear" que guardaban sus tripas... jajaja.
Lo de Acróbata es una pamplina porque el colchón está en mi barrio...
Un besazo reina de ojos azules; recolectora de esponjas; cuentacuentos... ¡Mujer 10!.
Es un placer pasar por aquí, sorprendente, ameno y didáctico.
ResponderEliminarNo entiendo de guisantes pero odio las arrugas y las migas ¿ porque nadie creyó que soy princesa? jajajaja
Estupenda entrada. Gracias por compartirla.
GomenNasai:
ResponderEliminarTienes mucha razón que los guisantes si estan ya cocidos no molestan debajo, pero las migas de pan se clavan por todos lados.
Debe ser que todas llevamos dentro una princesa...
Towanda:
ResponderEliminarMuchas gracias de mujer 10 a mujer 11, y a ver si mañana hay más suerte con los colchones. Que luego ya sabes que tenemos que pasar a buscar las botellas de lejía rellenas con billetes de 500 euros.
Que conste que la historia del colchon acolchado con el millón de dolares es cierta. Creo que sucedio en Israel y que la hija de aquella anciana que guardaba dentro sus ahorros paso meses en los vertederos buscandolo.
Eso es lo que se llama un buen disgusto, no se porque la gente se empeña en dar sorpresas.
Besitos soleados para mi reina del Reino de los Tomates Verdes Fritos.
Me he divertido con tu cuento y los dibujos muy logrados. Ah! el orgullo, la ambición es muy mala, con el tiempo nos colocan donde nos merecemos estar, así le tocó a tu reina del cuento.
ResponderEliminarCon ternura
Sor.Cecilia
Que bello cuento, la ambiciosa reina tuvo su merecido, y Eloisa también, pues encontró a su amor :)
ResponderEliminarUn abrazo fuerte amiga
Sor Cecilia:
ResponderEliminarCiertamente el tiempo termina colocando todo en su lugar. Pero ya se sabe que en los cuentos siempre tiene que haber algún personaje que haga de malo, como la reina Priscilla.
Saludos.
Carlobito:
ResponderEliminarTienes razón amigo mio, cada cual recibio su merecido. El amor y el castigo a la avaricia.
Saludos cordiales.
Un cuento precioso...hacía tiempo que no leía nada por el estilo. Me encantó.
ResponderEliminarY digo yo, quién encontrará ese colchón con tanto dinero?, jajaj Si me das una pista...jajaj.
Besos
Un bonito cuento que sirve de experiencia en muchos aspevctos de la vida...un besote preciosa
ResponderEliminarQue cuento más guay jajajja. Otro otro. Un beso.
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