El arte del Reciclaje.
Esta preciosa tarta de la famosa pastelería rusa Zhana representa una maquina de coser. Una de aquellas Singer antiguas que tenían nuestras madres y abuelas para hacer la ropa de toda la familia. Eran otros tiempos y con tres metros de tela te hacias un vestido de lo más bonito y de diseño exclusivo, porque a nadie más que a ti se le ocurrian esos detalles.
Eso si, luego estaban las vecinas chismosas que te ponian a parir cuando estrenabas el vestidito, pero tardaban un par de semanas en comprar la misma tela y si podia ser se copian también los patrones. Porque en alquellos años también existia el espionaje industrial. Y al final medio barrio iba igual vestido a las romerias y a las verbenas.
Mi madre era modista y siempre compraba un metro más de tela para que saliera un vestido para ella y otro para mi, que yo era muy chiquitina y con poquito quedaba vestida. Además eran vestidos para toda la vida, o por lo menos eso pensaba yo. Porque se me hacia interminable la duración de aquellos vestidos, que me duraban sus tres años fijo. Eso sí sacando costuras de los laterales y desdoblando dobladillos varias veces para ir alargandolo cada vez que acortaba el vestido por mi crecimiento.
Yo le decía a mi madre que ibamos vestidas de hermanas, cuando compartiamos retales, y yo me sentia muy orgullosa de ir vestida como mi mami. Cuando los vestidos fueron quedando de lado y llegaron los pantalones vaqueros el aprovechamiento de la tela se fue enfocando hacia el reciclaje.
Cuando los pantalones ya estaban cortos y sin remisión de bajarle dobladillos, mi madre me los cortaba por la rodilla para el verano. Cuando volvia a crecer y los muslos me quedaban estrechos mi mami abria las perneras y con la zona de la campana baja del pantalón, unia la tela hasta quedarme una preciosa falda vaquera. Algo había que ampliarle de la cintura, pero no había problema con unos sobrepuestos o algún bordado a juego, la falda quedaba chula.
Una vez que ya no entrabas en la faldita y la parte de atras estaba tan desgastada como papel de fumar. Pues sin problemas, se cortaba de los bolsillos para abajo y mi madre me hacia un bolso vaquero y alguna cartuchera con su monedero a juego. Que entonces no había moviles pero si había mucha gente que viviamos en plena crisis, aprovechando y reciclando todo lo que se podía. Y mi madre siempre fue una artista del reciclaje.
Tampoco penséis que aqui acaba todo el proceso, pues con todos los retales, telas viejas, vestidos pequeños, pantalones gastados.... se llevaban al pueblo y mi abuela nos los convertia en unas preciosas mantas de tiras (se llaman así en Extremadura). Eran un monería pues la manta tenía cada tira de un color.
El proceso para hacerlas era muy interesante, pues toda la ropa en deshuso se cortaba en tiretas que luego se hilaban en un uso formando cordones de varios colores, unidos entre si, y con todo ya hilado se llevaba hasta el telar y alli se trenzaban creando mantas, alfombras.... Todo de mil colores y llenos de felicidad por no haber tenido que tirar nada y no haber tenido que comprar nada.
Aqui tenéis unas imagenes de una manta trapera, como también se la conoce. Y como su nombre indica está hecha de trapos, tiras de trapos de colores formando franjas. Son muy típicas en estas tierras y se usan tanto para manta de cama como de sofá o para el campo. Las más pequeñas se usan para tapetes también.
Así que queréis que os diga ¡Que abajo la obsolescencia programada !! Yo no me crie en una sociedad de comprar, usar, tirar y compralo todo de nuevo. A veces ni siquiera me siento de otro tiempo, sino más bien me siento como si fuese de otro planeta.
Bueno y todo esto ¿a que venia? Ahhh... a esa tarta tan rica que vi en la foto. Pero tampoco penséis que hoy iba la cosa de recetas, en realidad mi post era sobre timos modernos y no tan modernos. Pero como comprenderéis eso ya es otra historia.
Ya veo que de tal palo tal astilla. Un lince tu madre. Esas mantas traperas resultan geniales, eso sin mencionar el proceso completo del vaquero. Me ha encantado esta entrada. Un fuerte abrazo.
ResponderEliminarNeuriwoman, este post está genial. La faldita y el bolso, qué imaginación!
ResponderEliminarSaludos muchos y que tengas linda noche.
Me encanta este post, es toda una declaración de principios. A veces intento hacer lo mismo, sobre todo cuando toca cambio de temporada y me pilla,como siempre, sin un duro para comprar nada. La pena es que no soy modista, y los arreglos quedan a veces tan cutres que no me los puedo poner. Otras veces acierto...y no veas lo contenta que estoy!
ResponderEliminarViva el reciclaje y la imaginación!
Saludos
Pero que lindo.!! mi abuela tenia una y mi madre tambièn cocia para mi cuando era chica, me hacia todos los vestidos.
ResponderEliminarNo sè que fue de aquella màquina, porque nada queda de todo eso, lo digo asì con un poco de nostalgia. El tiempo nos pasa...
Hermoso lo que escribiste, como siempre.
Un abrazo.
Buena enseñanzas que últimamente se estan poniendo de moda de nuevo debido a la crisis, es el sector que más esta creciendo de nuevo...un besote
ResponderEliminarPrecioso post, en el que se indica todo el proceso de reciclaje de un vestido, con lo cual se aprovechan las cosas varias veces, que suerte de tener una madre que pudiera hacer cosas tan chulas, así ibas estrenando ropa todo el tiempo. Un saludo.
ResponderEliminarMuy bonito tu post, me han encantado las falditas y el bolsito, tu madre toda una artista.
ResponderEliminarHabría que volver a aquellos años donde no habia tanto consumismo,a nuestros adolescentes les vendría muy bien.
Las fotos muy bonitas.
un abrazo
An.
Yo sigo reciclando, nena... y las camisetas lisas y baratas quedan estupendas cuando las pintas, los estuches para los lápices siempre fueron trozos de pantalones como dices... ¡me ha encantado leerte! un beso!
ResponderEliminarSiempre he querido hacer ese tipo de cosas, pero no hay maña alguna.
ResponderEliminarEl reciclaje siempre resulta apasionante y sorprendente. Un verdadero arte en sí mismo.
ResponderEliminarGracias por la transformación y exposión del mismo.
UN ABRAZO ;-)
Bueno yo también soy de le época del reciclaje, hasta de cortinas he hecho vestidos a mis niñas.....bueno había que idear mil modos de hacer las cosas para no gastar.........y pensar que hoy en día se gasta en demasía pues nadie valora lo que cuestan las cosas o lo que cuesta ganarlo, yo sigo teniendo ese espíritu de reciclar todo lo que es interesante para poder seguir usándose.Cariñitos
ResponderEliminarQue habilidad de tu mami, me encantaron las formas de aprovechar la tela.
ResponderEliminarYo todavía tengo una máquina Singer, y pienso aprender a usarla para arreglar mi ropa, ahora por ejemplo tengo tres vaqueros muy largos... pero la Singer sigue siendo todo un misterio para mi, pero ni modo, dicen que arruinando se aprende :)
Saludos
Hay que ser mañosa para hacer tantas cosas útiles de tan poco.
ResponderEliminarMi madre, en una ocasión, cuando a un jersey de cuello alto de color rosita se le empezaron a clarear los codos, en lugar de añadirle coderas se le ocurrió deshacer hasta la parte dañada y volver a hacer el punto (con lana que había guardado cuando confeccionó el primero)...
Quedó, ejem, ponible pero con dos tonos de rosa diferente. Uno hasta medio brazo y otro desde ahí hasta la muñeca. Para mí, un desastre. Lo recuerdo porque un día de esos que lo llevaba al cole, vino el fotógrafo (ese que hacía fotos a los hermanos con el mapa de España detrás).
El momento fotográfico quedó captado con las dos hermanas (la mía y yo misma) con los jersecitos de dos colores...
En fín, tiempos remotos ya.
Un abrazo guapísima por este post nostálgico de las vivencias de nuestros primeros años.
En tiempos como estos esa imaginación que muestra esta genial.
ResponderEliminarBesote guapa
los zapatos!!! geniales
ResponderEliminarEso es lo que se llama economía sostenible, pero que nadie se quiere enterar. Lo que nos has puesto hoy me retrotrae a aquellos tiempos que muchos prefieren olvidar pero que están llenos de enriquecedores valores que hoy serían imposible meter en la cabeza a los jóvenes. Sí, nos sentimos de otro planeta. Todo lo que cuentas lo he vivido yo también, que además soy hijo quinto. Siempre usé "reciclado" y bien guapo que salía en aquellas fotos en blanco y negro.
ResponderEliminarMe ha gustado muchísimo amiga Neuri
Antes era otro tiempo y otras costumbres, ahora la cosa es distinta, estamos en una sociedad de consumo, de consumo feroz, usar y tirar, todo. Ropa, utensilios, aparatos, ya no se arreglan muchas cosas, es mas barato comprarlas nuevas que repararlas y así casi todo.
ResponderEliminarMi mujer ya me ha dicho que no piensa repararme que, compra uno nuevo. Eso antes no pasaba.
Así nos va.
Un beso.
Tu madre como la mía eran de la misma tierra y tenían parecidas costumbres.
ResponderEliminarEn mi casa no se tiraba nada.Por si te sirve de algo, con las camisetas que quedaban pequeñas se hacían bolsas para guardar los zapatos, o para la ropa interior, cuando se viaja y así va la maleta ordenada.
Tengo la colcha de tiras, y si quieres puedes leer la historia en mi blog (búscala). Se hace como tu bien cuentas, pero mi madre, rizando el rizo, nos guardaba los vestidos de pequeñas, y nos hizo a mi hermana y a mí nuestra colcha, cada una con sus vestidos. Por eso, para mí es mucho más que una manta trapera.
Me gusta muchísimo esta entrada.
Con las patas de los vaqueros salen mochilas, si el zapatero te pone los ojetes metálicos.
Y siempre, siempre, sacando cosas bonitas. No vale el trapo para limpiar, como tu bolso, tiene que ser algo útilo, original y bonito.
Besos
Muy interesante tu historia, pero hoy ya no quedan madres como la tuya ni las jovenes se preocupan de coser.
ResponderEliminarLa maquina es preciosa, en casa de mis suegros tienen una asi.
Un abrazo.
Ambar.
Pues si que se reciclaba, eran otro tiempos.
ResponderEliminarRecuerdo que mi abuela tenía una máquina de cosas de esa marca e iba una modista todos los sábados para hacernos los trejecillos, que por cierto íbamos las cuatro vestidas iguale.
También recuerdo lo de cortar los pantalones tejanos...ahora por cualquier cosilla se tiran a la basura.
Me encantó la entrada
Besos y gracias por el comentario que has hecho en mi blog...a ella le ha emocionado
Neuriwoman
ResponderEliminarMuchas gracias por tus gentiles saludos en mi blog, me fui en el tunel del tiempo con tu texto, que fantastico poder reciclar y crear al mismo tiempo, mi madre tambien cosia y yo pensaba que ella era magica, todo le quedaba hermoso y duraba una enormidad. Un abrazo cariñoso para ti,
La máquina super conseguida, yo tengo una igual, por que de niña, me encantaba coserme la ropa y me saque el titulo durante años me lo cosia todo, así que algunas de las cosas que he visto, también las he cosido.
ResponderEliminarAhora me sale más barato comprar el modelito que la tela, lo que son las cosas.
Un besazo.
Neuri, espero que no te moleste, pero voy a poner un link de este post a mi face :) Me encanta. La imagen de la niña toda orgullosa vistiendo como su mamá, que bonita, y la interminable vida de unos vaqueros y quiero unas zapatillas iguales para cuando me baje de con mis super zapatos de dominatrix :D
ResponderEliminarUn besazo, chula
En aquellos tiempos no era neesario esforzarse por ser original, se era por necesidad y los obligados artesanos rebosaban de orgullo al culminar su obra. Está muy clarito que cuando algo cuesta lo suyo se valora mucha más y también se quiere mucho más....Ahora eso no está pasando, aunque y aqueda menos que volvamos a lo de antes.....todo es cíclico, hasta mis visitas a tus siempre interesantes post.
ResponderEliminarBesotes Neuri.
Eso si que era aprovechar. Ahora somos menos imaginativos...fíjate que en lo que llevamos de curso escolar ya le he comprado a mi hijo 5 vaqueros y 3 chandals, he sido incapaz de reciclar lo que quedó de ellos...
ResponderEliminarMe ha encantado este post.
Un abrazo.
Me he pensado nada mas ver la foto que era una singer de verdad.
ResponderEliminarDesde nunca puede faltar un vaquero en el armario...
Muy lindas las zapatillitas vaqueras.
Bueno, la tarta tiene mejor pinta que otras tartas de posts anteriores... Jejejeje
ResponderEliminarYo también me cortaba los vaqueros, pero el resultado no era como para presumir de ellos....
Menuda madre industriosa. Me recuerda a la mía y a mi abuela que cogía unos trozos de hilo y en un pispás hacía una colcha de ganchillo.
ResponderEliminarGracias por tu visita, espero que vuelvas.
Salu2
Y la tarta me ha dejado loco, si se parece a la máquina de coser de mi abuelita...
ResponderEliminarSalu2
jajaja!! qué gracia, tu madre entendía bien de economía.
ResponderEliminarHas hecho una entrada para mi gusto entrañable.
te dejo mi ternura
Sor.Cecilia
Reciclaje y Imaginación, una gran combinación. xDDDD
ResponderEliminarMuy chulas las prendas y muy originales.
Saludillos.
Me he pasado por tu casa y me he encontrado con variedad de entradas.
ResponderEliminarEsta me hizo recordar mucho a mi hermana,pués como a ti tu madre te hacía vestidos bonitos,a mi en este caso era mi hermana...
Esos si que eran tiempos de reciclaje como tú bien expones,fué un placer haber entrado en este rincón,me trajo muy buenos recuerdos.
Un abrazo.