La muerte.

"La mariposa

recordará por siempre

que fue gusano"

Pero pienso que el gusano nunca será capaz de adivinar lo que realmente le espera cuando comienza su metamorfosis, cuando su cuerpo comienza a degradarse lentamente como si se iniciase su agónica muerte. 

Por ello quiero recordar una fábula india en la que una oruga sintiendo cercano su fin  comienza a despedirse entre lamentos de todas sus amigas. A coro lloran sobre su desaparición y les lanza su lastimero adiós. 

Esta fábula representa en unas formas inferiores de vida toda la ignorancia e ilusión que también comparte gran parte de la humanidad. Y descubre la ironía de la gloriosa vida que espera a la oruga cuando despierte de ese sueño convertida en policromada mariposa.

En cierta forma esta imagen sirve de base a esos tres estados de oruga, crisálida y mariposa como algo paralelo a lo que espera a cada ser humano cuando pase el estado de la muerte como si fuese una crisálida a punto de resurgir. 

Ya que en ninguno de sus estados cesa la vida solo persiste mientras la naturaleza efectúa sus transformaciones. No hay muerte, solo vida con muchas fases, una de las cuales conocemos en nuestra humana ignorancia como muerte. Pero al igual que en la energía nada se crea ni se destruye en la vida nadie nace ni muere, solo se transforma el estado en que se nos aparece. 


Pues según las más ancestrales sabidurías del mundo realmente "nada muere porque todo experimenta únicamente un cambio de forma y actividad".

Así en Oriente persisten las creencias sobre la reencarnación y en Occidente las  creencias sobre la resurrección. Unas y otras hablan al unisono del despertar del Sueño Eterno. 

Y hay veces que los sueños, sueños son...¿o quizás no?