La arquitectura de las emociones
Se llama neuroarquitectura y es una disciplina que se interesa en cómo el entorno modifica nuestra química cerebral, y por tanto las emociones, los pensamientos y las conductas. La neuroarquitectura es un enfoque dentro de la Arquitectura que consiste en adecuar los espacios en que nos movemos a nuestras necesidades emocionales induciendo a una mejora de nuestro estado de ánimo. Hacer que no nos sintamos incomodos ni hacinados en pequeños espacios, y sacar el máximo provecho de los que usamos para nuestro yo interior.
Estos estudios incluso han mostrado ya a indicios interesantes para ayudarnos a comprender cómo el hábitat afecta a nuestra salud física y mental. No solo de como el color o el espacio afectan sobre nuestro estado de ánimo. Se trata de ir un paso más allá e indagar sobre qué efecto específico tienen los espacios sobre el estrés, las hormonas y el tipo de pensamientos que generamos.
También se investiga la relación entre espacios amplios y pensamiento creativo; sobre el poder misterioso de la naturaleza para estimular tanto la concentración, como la curación de las personas tras una enfermedad; o sobre el impacto de los edificios y muebles con ángulos afilados sobre la amígdala, implicada en los procesos de defensa y agresión del cerebro. Se trata de considerar cómo cada aspecto de un entorno arquitectónico podría influir sobre determinados procesos cerebrales, como los que tienen que ver con el estrés, la emoción y la memoria.
También con la arquitectura abrimos la brecha entre ricos y pobres y en consecuencia en mejorar o empeorar esas emociones, pensamientos y conductas.
ResponderEliminarSaludos
Pues así es, para bien y para mal. Un saludo
EliminarYa no sabe uno que pensar con tanto estudio amiga. Al final resultará que nos quieren hacer pensar o sentir emocionalmente a todos por igual. La cuestión radica en manejarnos un poco a su antojo y que nos digan lo que está bien o mal y en que debemos cambiar.
ResponderEliminarUn abrazo querida amiga.
La verdad es que se hacen estudios para todo y al final solo aplican lo que quieren. Un saludo
EliminarNo tenía ni idea de que existiese la neuroarquitectura, parece un tema apasionante. Lo que nos rodea nos afecta, sin duda. No solemos prestar demasiada atención a los espacios en los que hacemos la vida, y me parece una idea genial que nos lo recuerdes.
ResponderEliminarUn beso ¡feliz día!
Desde espacios y estructuras hasta los colores nos influyen cada día. Pero en occidente dedicamos poco tiempo a buscar esa armonía y mucho menos las aplicaciones del feng hui en la distribución de los objetos en el interior. Un abrazo
EliminarEn breve saldrá una App de esas para medir nuestras emociones, ese día estaremos perdidos y perdidas y la faena es que creo que ese día cada vez está más cerca.
ResponderEliminarBesines utópicos.-
En algunas de redes sociales ya intentan descubrir ese estado de ánimo por las palabras y frases que usamos en nuestras comunicaciones, bajo el pretexto de cuidarnos. Yo diría que más bien para manipularnos y poder bombardearnos con publicidad de compras en esos momentos más susceptibles. Por no decir de influirnos en cuestiones más serias. Un abrazo
EliminarEsta bien todos estudios pero abren una pequeña brecha en las clases sociales , porque evidentemente el tipo de arquitectura no es el mismo en un barrio pobre que en una zona residencial ...ahi ya nos están poniendo barreras a las emociones. Un abrazo Neu y muy buen artículo .
ResponderEliminarNunca se aplicarán los mismos parámetros para edificar, ni siquiera los espacios exteriores se parecerán porque en unos se respirará oxígeno puro con grandes zonas verdes mientras en los otros solo se respirará la contaminación y el hacinamiento de los pequeños y grises espacios exteriores. Un abrazo
EliminarDesconocía esa "disciplina" la arquitectura me gusta pero no me atreví a estudiarla. Abrazos
ResponderEliminarUna disciplina muy bonita pero con demasiados cálculos y matemáticas para mi. Que aunque me encantan las matemáticas siempre me he visto con poco nivel, más que nada porque en mi colegio de monjas pensaban que había otras materias más apropiadas para la mujer. Cuando finalice mi primera licenciatura en una carrera de letras me dedique a ellas y descubrí que se me daban bien y disfruté mucho mientras las estudiaba. Un abrazo
EliminarInteresante, pero no me queda más remedio que decirlo: mejor sería conseguir que todos puedan tener un espacio digno y después, lo demás.
ResponderEliminarBesos.
Pues eso sería lo digno y lo lógico para todos. Un abrazo
EliminarParece interesante. Un beso
ResponderEliminarEso parece Susana, un abrazo
EliminarNo me cabe duda de que los que nos rodea, el espacio físico, influye sobre nuestros pensamientos, estados de ánimo, emociones...Y la esta nueva arquitectura me parece una cosa muy interesante y que puede ser muy útil.
ResponderEliminarUn abrazo
Pues así es y tiene sus aplicaciones en la vida diaria. Un abrazo
EliminarIt's very interesting!
ResponderEliminarEfectivamente, un abrazo
EliminarEspectacular fotografía, y espléndida entrada, no conocía esta disciplina, que particularmente me parece muy interesante.
ResponderEliminarSi, también me parecen interesantes algunas de sus aplicaciones destinadas a mejorar nuestro ánimo y salud. Un abrazo
EliminarEs una disciplina que tiene mucho sentido. Todo pasa por nuestra cabeza, de hecho, saboreamos con el cerebro no con la lengua.
ResponderEliminarAbrazo.
Pues cierto, es nuestro cerebro el que ve, el que oye o el que saborea. Nuestros sentidos son puros receptores del mundo exterior, los nervios el cableado que transmite esa información de ondas y el cerebro el que le da forma y sentido a todo ello. Un abrazo
EliminarSin duda afecta, como se ha visto con la pandemia, cuando las casas pequeñas y sin balcones han sido ratoneras. No puede ser de otra forma, somos sensaciones.
ResponderEliminarUn abrazo y gracias por compartir.
Mucha gente que había eliminado las terrazas para ampliar salones también se han arrepentido un montón por ello. Besos
EliminarLas emociones definitivamente se construyen...
ResponderEliminarBesos
Y esa fábrica está en nuestra cabeza, un abrazo
EliminarUfff, una entrada muy interesante . Un saludo.
ResponderEliminarMuchas gracias Chelo, un abrazo
EliminarYa era hora de que la arquitectura se ocupara también de estas cuestiones.
ResponderEliminarUn abrazo.
La neuroarquitectura es una ciencia que cuenta ya con varias décadas de antigüedad en investigación, en el sentido en que la refiero aquí. Un abrazo
EliminarCuriosa disciplina sin duda.
ResponderEliminarSolo la música pensaba que podía cambiar estados de ánimos.
Un placer leerte
Beso
Lo cierto es que nuestro estado de ánimo es más sensible de lo que creemos y se ve influido por una cantidad grande de circunstancias (comida, plantas, temperatura...) Un abrazo
EliminarTodo lo que nos haga entendernos un poco más sirve, se llame como se llame. Si que parece interesante y hasta lógico. Saludos!
ResponderEliminarTambién lo considero interesante porque contribuye a nuestro bienestar. Un abrazo
EliminarSe comprende que el estado de ánimo esté condicionado con el edificio en que vivimos. Ahora se ha ido viendo cuando se ha estado confinado. No es lo mismo vivir en un piso con amplias terrazas, a uno que solamente tenga ventanas a un patio interior.
ResponderEliminarBesos
Pues si que hemos podido sentirlo en estos tiempos y echar de menos las terrazas que se habían eliminado en algunas casas. Un abrazo
EliminarCreo que estos especialistas habrán tenido trabajo en la situación que estamos. He tenido noticias de personas jubiladas que ha decidido quedarse en el pueblo de origen en lugar de volver a la ciudad donde residieron en la vida activa por el patio que en caso de confinamiento de nuevo por lo menos tienen un lugar donde poder estar al aire libre.
ResponderEliminarSaludos.
En estos momentos resulta incómodo hasta compartir el ascensor si vives en un piso alto. En los pueblos tienen el patio y también la sensación de un aire más limpio que en la ciudad. Un abrazo
EliminarPara mi todo lo que sea hablar sobre emociones lo veo muy interesante. Y estoy de acuerdo que según lo que escribimos o hablamos se puede saber si estás con melancolía o alegría por decir algo. Todo lo que sea en beneficio de la mente es positivo, por mucho que lo critiquemos. Está para quienes quieren desean saberlo y para los que no. Como en todo; para gustos se pintan colores...
ResponderEliminarGracias por compartir, esta magnífica novedad.
Abrazos con cariño desde mi costa meiga.
Todo lo que sirva para mejorar nuestra existencia siempre es bienvenido. Un abrazo
EliminarInteresante lo que escribes y además es muy cierto, nuestro habitat no cabe duda de que influye en nuestro estado de ánimo. Cada persona tiene unas necesidades y debe acomodar su hogar a ea necesidad y gusto para sentirse confortable, no hace falta lujos pero sí que se pueda vivir con dignidad.Besicos
ResponderEliminarEl lujo es lo superfluo pero una buena calidad de vida siempre es imprescindible y eso también lo da sentirse a gusto en el lugar donde habitamos. Besos
EliminarEn este tiempo de confinamiento he pensado mucho en cómo influía el espacio que vivimos en nosotros y a menudo pensaba en esos barrios marginales como estarían viviedo este confinamiento con ese hacinamiento...
ResponderEliminarUna situación muy triste y no solo durante el periodo de confinamiento, un abrazo
EliminarNo imaginaba todo esto pero es un tema muy interesante el que nos compartes , me recordo algo aunque completamente diferente como a la biodescodificacion.
ResponderEliminarAbrazos
Unos temas que hasta hace poco nos parecían de ciencia-ficción y ahora son tan reales como cotidianos. Besos
EliminarPienso que en estos instantes
ResponderEliminarque estamos viviendo de la
pandemia influye
el espacio en que nos movemos.
Besitos dulces
Siby
Así es, ahora y siempre. Besos
EliminarHola, Neuri
ResponderEliminarWow desconocía la neuroarquitectura.
Y es verdad que los lugares cálidos y con mucha luz natural nos producen una sensación de calma. !Lindo post!
Abrazo
Y ayudan a potenciar la creatividad también. Besos
EliminarMe parece interesante. Besos y feliz fin de semana.
ResponderEliminarLa verdad es que sí, un abrazo
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