Petrea desde la Atalaya. (2)





El nuevo día me despierta con sus calidos rayos de sol, aunque no tengo ojos, si que puedo sentir su caricia. Mi pensamiento se levanta del suelo y se despereza, solo como él sabe hacerlo. Giro 360º y el paisaje es identico por todas partes, piedras y más piedras.

Me molesta la luz, así que me dirijo hacía ninguna parte, pero siempre de espaldas al sol. Bueno lo de espaldas es un decir, porque sigo sin tener cuerpo. Noto que no tengo que andar, que me desplazo sobre una especie de nube, flotando en el espacio que queda entre las piedras y lo que alcanza mi visión.

Días y noches, siempre de espaldas al resplandor de la luna o del sol, sin sentir sed ni hambre, sin notar cansancio ni dolor; pero mi pensamiento si empieza a inquietarse. ¿Acaso soy la única persona que ha quedado en el mundo? ¿Donde estan los demas?.

Sigo avanzando entre mis pensamientos inquietos y el paisaje cambia repentinamente, paro y frente a mi veo una ciclopea muralla tallada en piedra. Y un poco más lejos sobre un monticulo de tierra se encuentra una Atalaya. Eso me anima y me dirijo hacia ella ¿habrá dentro más pensamientos como yo? ¿Estarán alli las personas de este petreo mundo...?

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