La nostalgia de lo que nunca fue.


“No todo lo vivido deja huella,

y no todo lo no vivido se olvida” 



.


Hay nostalgias que no tienen nombre.

No son por un lugar concreto,

ni por alguien que ya no está.

Tampoco por un tiempo que recordamos.


Es una nostalgia distinta.

Más tenue.

Más honda.

Una añoranza por lo que nunca fue.


Por esa vida que imaginamos,

pero no se cumplió.

Por la decisión que no tomamos.

Por la palabra que no dijimos a tiempo.

Por ese amor que solo existió en la posibilidad.


Los viajeros del alma aprenden

que no todo lo vivido deja huella,

y no todo lo no vivido se olvida.


A veces el alma guarda el eco

de lo que pudo haber sido.


Y ese eco duele.

Pero también ilumina.


Nos recuerda que estamos llenos de caminos no recorridos,

de versiones de nosotros mismos que no llegaron a nacer,

pero que también nos habitan.


La nostalgia de lo que nunca fue

no viene a castigar.

Viene a mostrarnos nuestra profundidad.

A enseñarnos que, incluso lo imaginado,

nos ha moldeado.


Sentir esa nostalgia no es debilidad.

Es una señal de que algo dentro de nosotros

sigue vivo.

Sensible.

Abierto.


Y aunque no podamos regresar a lo que nunca existió,

podemos mirar hacia adelante

con la conciencia de todo lo que pudo ser

y aún late en nuestra forma de estar en el mundo.


Colección: Brújula para viajeros del alma (Neuriwoman)

Capítulo 5: Nostalgia  de lo que no sucedió.




Comentarios

  1. Me gusta el sentido que le has dado a la nostalgia, para mí es un sentimiento que no tiene una definición en concreto , cuando te invade no sabes el porqué solo sientes que tu alma no está al mismo nivel, que tu corazón y cabeza.
    Un beso, feliz jueves.

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  2. Buenos días Neuriwoman. Con este texto tocas una fibra muy íntima del alma. Hablas de esa forma de nostalgia que no tiene un rostro ni una fecha, pero que todos reconocemos en silencio: la nostalgia de lo que nunca ocurrió. Me parece hermoso cómo transformas un sentimiento que podría parecer doloroso en una vía de autoconocimiento.
    Porque esa “vida posible” que no llegó a existir también nos define, cada decisión no tomada fue una semilla que quedó en reposo dentro de nosotros. Abrazos

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  3. Tu poema toca lo profundo... esa nostalgia que tan bien describes y que ¡cierto! no tiene nombre... es un sentimiento que no se logra concretizar... como nebuloso...
    Me ha encantado, Emilia, besos, feliz día!

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