Hola, amigos. Muchos ya estamos de regreso de las vacaciones y con ganas de retomar la vida bloguera. Por ello me parece el momento perfecto para abrir mi nueva sección de: “Brújula para viajeros del Alma”.
Porque no todos los viajes necesitan billete y maleta. Algunos simplemente comienzan con una pregunta inesperada, una emoción que nos desconcierta, una pérdida o incluso un simple silencio. Son viajes que no recorren geografías, pero cambian profundamente nuestro interior.
En este espacio no encontrarás soluciones cerradas, sino senderos por explorar. Caminos que cada uno recorrerá a su manera, hallando señales distintas en el trayecto.
Por eso en este viaje vamos a llevar una brújula simbólica. Una que no marca el norte geográfico, sino un norte más íntimo: esas direcciones invisibles que señalan hacia lo que realmente importa.
La brújula del alma, es única, personal e instraferible, y puede orientarnos en momentos de pérdida, de búsqueda o simplemente cuando sentimos que estamos un poco desubicados en nuestra propia vida.
Cada uno lee su brújula de manera diferente. Quizá para ti la aguja señale la creatividad, la naturaleza, la amistad o la espiritualidad. Para mí, tal vez, marque la escritura o el silencio. Y lo más hermoso es que ninguna está equivocada: todas son señales válidas.
También deseo que este sea un punto de encuentro para quienes sienten que existe algo más allá de lo visible. Para quienes alguna vez han intuido que lo esencial no siempre tiene nombre, pero se insinúa en los sueños, en la música, en la escritura o en un silencio.
Estáis todos invitados, tanto quienes nunca se han detenido a mirar hacia dentro como quienes ya han viajado en silencio sin saber muy bien adónde iban. Porque a veces lo único que nos falta son esas palabras, que alguien nos diga: sí, yo también lo he sentido.
Así que aquí empieza la travesía. ¿Vienes conmigo?
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