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“Cielo dorado,
la arena guarda huellas
que borra el mar”
Colección de Haikus “Cuatro Estaciones” (Neuriwoman) Otoño nº 1
Las huellas en la arena tienen algo de escritura invisible. No permanecen más allá de unas horas: la brisa, la marea o un nuevo caminante las borran y transforman. Y sin embargo, mientras existen, nos hablan de compañía en un espacio inmenso y, a la vez, de la fragilidad de nuestro rastro en el mundo.
Mirarlas despierta en mi una reflexión inevitable: todo lo humano es huella sobre arena dorada. Dejamos señales, recuerdos, marcas en quienes nos rodean, pero ninguna permanece intacta. El mar —como metáfora del tiempo— acaba por borrar lo que parecía imborrable.
Pero esa fugacidad no es pérdida, también puede ser promesa. Saber que las huellas desaparecen nos invita a vivir con más intensidad el instante en que se dibujan. Cada pisada en la arena dorada, cada paso bajo ese cielo luminoso, es irrepetible. Y aún sabiendo que todo pasa, todo lo vivido tiene sentido.
Fotografía de mis paseos por la playa (Rincón de la Victoria, Málaga)
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Sentido y valor. Y nuestra imperfecta memoria es tan lista que selecciona, qué recordar y qué olvidar. Para que nos quejemos...
ResponderEliminarAbrazooo
Pues tampoco pienses que es tan lista y obedece a nuestra voluntad. Ella solita es la que se maneja para hacer lo que ve más conveniente. Abrazos
EliminarLo efímero también tiene su valor , y tal vez sea por eso que lo sentimos con más pasion , cuanto más corto es algo , es más deseado .
ResponderEliminarLas huellas de la arena son instantes vividos que por alguna razón el mar se las lleva ¿a dónde?... Tal vez a ese lugar donde todo lo bueno permanece.
Un beso, buenas noches.
Pues ojalá sea así y podamos visitar ese lugar habitado por todo lo bueno. Pero con billete de ida y vuelta. Besos
Eliminarqué bonita entrada. las huellas de los astronautas en la luna no se borran fácilmente, porque allí no hay atmósfera, ni por tanto hay aire ni lluvia. las huellas de la playa son menos duraderas, pero más bonitas. son de pies descalzos, entre otras cosas. :)
ResponderEliminarabrazos!!
Los pies descalzos dejan huellas más bonitas que las botas de astronauta. Y tienes mucha razón, la falta de atmósfera las hace menos efímeras y también el regolito del suelo lunar hace que sean más profundas y permanentes. Abrazos
Eliminar¡Qué bonito es El Rincón!
ResponderEliminarY tú entrada.
Muchas gracias Tracy, la verdad es que es precioso. Besos
ResponderEliminarQué bonito, las huellas en la arena que borra el mar, como metáfora de la vida efímera... y tienes razón, pensar en ello te hace vivir con más entusiasmo, más intensidad... me encanta venir, siempre me dejas pensando...
ResponderEliminarUn abrazo!
Muchas gracias, Milena. El mundo está lleno de metáforas que son nuestras propias vidas. Besos
EliminarEs un relato muy lindo y melancólico. Te mando un beso.
ResponderEliminarMuchas gracias. Abrazos
EliminarUn texto curioso, y profundo!
ResponderEliminarLa curiosodad de compartir, aunque no sea sino un fugaz momento, las huellas de la autora. Y la profundidad que su reflexión detalla. Con gran acierto, y algo poético.
Abrazos, Emilia.
Muchas gracias, Ernesto. Poesía y vida van de la mano si se pone empeño en ello. Un abrazo
EliminarPues nunca lo hubiera pensado así, el ver que tus huellas son efímeras y eso hace que vivamos con más intensidad el momento. Un saludo.
ResponderEliminarHay tantas formas de interpretarlo como personas, cada uno le encuentra un significado. Abrazos
EliminarTu haiku y reflexión despiertan una imagen poderosa: la arena como palimpsesto de lo humano, donde cada huella es escritura efímera que el mar (ese gran editor del tiempo), corrige sin piedad. Me conmueve esa idea de que la fugacidad no es pérdida, sino promesa. Vivir el instante como si fuera eterno, sabiendo que no lo es, es quizás el acto más valiente de nuestra existencia.
ResponderEliminarSin embargo, me pregunto si en esa desaparición no hay también una forma de resistencia. ¿No será que algunas huellas, aunque borradas de la arena, persisten en la memoria del que las vio? ¿Que el mar no borra todo, sino que transforma, como el olvido que no elimina, sino que reconfigura?
Como escribió Marguerite Yourcenar: “Lo que el alma ha poseído una vez, nunca lo pierde.” Tal vez nuestras huellas más profundas no se dibujan en la arena, sino en el alma de quienes nos acompañan.
Un abrazo desde la orilla donde también dejo mis pasos, sabiendo que no son para siempre, pero sí para algo.
Es bonito ver el mar como ese poético editor del tiempo y de nuestras huellas. Abrazos
EliminarLa vida es efímera igual que las huellas que dejamos en la arena de la playa al caminar, por eso nuestra vida tiene que ser intensa, fructífera, profunda, igual que cuando caminamos por la playa ensimismados en el mar y en lo lejano del horizonte, nuestras huelllas se hunden en la arena con toda nuestra intensidad, saboreando el momento, pero después de esa huellla vienen más, muchas más al igual que los instantes de nuestra vida. Un abrazo
ResponderEliminarMe gusta tu frase sobre que nuestra vida tiene que ser intensa, fructífera, profunda. Condensa el mensaje a la perfección. Abrazos
EliminarMuy bonitas letras!!.
ResponderEliminarUn placer visitarte.
Un abrazo.
Muchas gracias, Amalia. Besos
ResponderEliminarneuriwoman, gracias por visitar mi blog, estoy en el tuyo y es maravilloso.
ResponderEliminarLas huellas de la arena son momentos vividos, que una ola puede borrar pero hay momentos que dejaron huellas profundas y siempre quedarán en un rinconcito de nuestra alma.
Una delicia visitarte,
Maravilloso tu blog, te sigo.
Besos
Que tengas un hermoso día
Muchas gracias por tus palabras y bienvenida al blog. Un beso
EliminarLa imagen de las huellas que el mar borra, pero que mientras existen cuentan historias de pasos y presencias, es una metáfora tan poderosa como tierna. Me encanta cómo transformas esa fragilidad en una promesa, en un canto a vivir plenamente cada instante. Ese “saber que todo pasa, pero todo lo vivido tiene sentido” es un recordatorio que cala hondo, como la brisa salada que acaricia la playa.Y la fotografía de Rincón de la Victoria, ¡qué preciosidad! Se siente el calor del sol y el murmullo del mar solo con imaginarte paseando por esa arena dorada. Gracias por compartir esta reflexión tan sentida. Abrazos.
ResponderEliminarMuchas gracias por tu comentario y la verdad es que muchos de mis textos proceden de esas imágenes que me cautivan cuando paseo por la playa. Un abrazo
EliminarTodo lo vivido tiene sentido y vivir tiene sentido así mismo
ResponderEliminarPaz
Isaac
Lo difícil a veces es encontrárselo. Saludos
EliminarHace algún tiempo leí de unos monjes zen que dibujaban hermosos mandalas en la arena para enseguida borrarlos como un ejercicio de desapego. La vida es efímera y hermosa. Hay que vivir y disfrutar el instante.
ResponderEliminarAbrazos!
Pues la verdad es que es un gran ejercicio de desapego, fíjate que las grandes culturas que poblaron el planeta quisieron dejar una huella menos efímera en forma de grandes construcciones en piedra, como las pirámides. Parece que es difícil diluir el ego y hay que ejercitarlo. Besos
EliminarComo la vida misma
ResponderEliminarMas o menos
EliminarEsta entrada me encanta. Porque, primero, es personal, con una foto de tu autoría, con un Haiku tuyo, y unas preciosas reflexiones, intensas. Maravillosa entrada.
ResponderEliminarMe ocurre lo que a ti, cuando miro el mar, cuando observo las huellas, se va dando cuenta una, que somos huellas, somos camino, somos efímeros, que las huellas podrán desaparecer, pero siempre permanecen los recuerdos.
Me gusta lo que dices sobre el mar, metáfora del tiempo. En realidad, esta entrada es DORADA TODA ELLA, es poética, me ha fascinado.
Besos enormes.
Que bello y enriquecedor ha sido leerte, me han emocionado tus palabras. Gracias.
Eliminarmariarosa
Muchas gracias María por detenerte a desgranar los matices de esta entrada. Es verdad que cuando contemplamos el mar recibimos mensajes que sólo llegan al detenernos de nuestras frenéticas actividades, en cierta forma, el mar es un ancla. Abrazos
EliminarGracias Mariarosa, me alegra que te gustara. Besos
EliminarLo efímero es importante en la vida porque se convierte en historia, esas huellas en la arena las dejó alguien en un pasado cercano pero que dejó de ser presente y continúa con otras huellas hacia el futuro.
ResponderEliminarUn beso.
Pues si, solo estamos de paso y nuestras huellas en la arena nos lo recuerdan. Besos
EliminarVocê sabe fazer uma boa narrativa.
ResponderEliminarNova tirinha publicada. 😺
Abraços 🐾 Garfield Tirinhas Oficial.
Muchas gracias Garfield, muy amable tu comentario. Saludos
EliminarAl leer tu articulo me vino a la memoria la poesía de Antonio Machado que Joan Manuel Serrat hizo canción "Caminante no hay camino".
ResponderEliminarSaludos.
La poesía de Machado siempre tan llena de sensibilidad y sabiduría. Saludos
ResponderEliminarpreciosa entrada, el mar y la arena, jugan en mi y me hacen sentir paz y armonia
ResponderEliminarMuchas gracias, Soledad. Que tengas un estupendo fin de semana. Un beso
EliminarAl final solo estamos de paso, efímeros y según para quien no imprescindibles. A veces el ego es bueno pero en otras hay que mirarlo.
ResponderEliminarGracias por la reflexión.
Un besazo!