Hay momentos que en su día no entendimos.
Giros del destino que parecían errores.
Personas que llegaron y se fueron
dejándonos más preguntas que respuestas.
Y sin embargo, con el tiempo,
algo cambia.
Un día, sin saber por qué,
volvemos a pensar en aquel instante.
Y lo vemos con otros ojos.
Ya no duele igual.
Ya no pesa lo mismo.
Ya no parece tan absurdo.
Es como si algo dentro de nosotros
hubiera aprendido a leer
lo que antes era solo un trazo borroso.
Los viajeros del alma saben
que hay señales que solo se comprenden
cuando uno ha caminado lo suficiente.
Cuando ha mirado hacia atrás
sin nostalgia,
solo con gratitud silenciosa.
No todo tiene sentido en el momento.
A veces la comprensión llega
años después,
como una carta olvidada
que alguien por fin abre.
Y entonces lo vemos:
aquel retraso que evitó un accidente,
aquella conversación que parecía banal,
aquella despedida que nos rompió en dos.
Todo tuvo una razón,
pero no desde la mente,
sino desde el alma.
Desde esa parte de nosotros
que entiende sin palabras.
No se trata de forzar significado.
Sino de saber esperar.
Confiar en que hay hilos invisibles
tejiendo algo más amplio.
Y que un día, tal vez,
esas señales que no supimos leer
nos cuenten la historia completa.
Colección: Viajeros del alma (Neuriwoman)
Capítulo 9: Señales que antes no supimos interpretar.
It's great! I agree with you!
ResponderEliminarHola Neuri, me encanta tu nuevo template, me habia olvidado de decirtelo. Y con respecto a tu reflexion me parece exacta, lo maximo. El tiempo lo pone todo en su lugar, cosas que antes no entendiamos, y que despues nos muestran que todo tuvo sentido, hsta incluso lo que parecia absurdo, tenia su razon de ser. Siempre estoy aprendiendo.
ResponderEliminarUn abrazo grande.
Hola Emilia.
ResponderEliminarLa evolución espiritual del ser humano, conlleva todo eso que expones. Y posiblemente mucho más.
Y la razón de ello es, llegar a despertar a la «realidad absoluta» que él es!
Abrazos.
Para mí leyendo tu entrada , diría que eso es la perspectiva del tiempo.
ResponderEliminarLas cosas que nos pasan , las personas que pasan por nuestra vida, cada una de ellas tiene su momento y su lugar.
Los hechos acontecidos todos es por algo, aunque en ese instante no lo vemos.
Un buen análisis de esos hilos invisibles que de algún modo une nuestro puzzle de la vida.
Besos y buen día.
De repente, todo cuadra, y uno entiende... recordamos lo que pasó y comprendemos...
ResponderEliminarAsí es, la intuición -o el alma- sabe lo más de lo que nuestra mente conoce...
Un poema bien esclarecedor! Buen viernes, Emilia, un abrazo.
Everything has a reason for being. The past teaches us to make the present both future and past. A second of today that passes adds to the hours gone by and is never repeated.
ResponderEliminar(ꈍᴗꈍ) Poetic and cinematic greetings.
💋Kisses💋
Yo creo más bien, o al menos hablo por mí, que a medida que cumplo años, muchas cosas que ocurren y que no ocurren me importan cada vez menos.
ResponderEliminarlos versos pues explican esa imagen de rompecabezas, como si la realidad se hace de fragmentos que al irlos encadenando explican porque pasa lo que pasa.
ResponderEliminarQue cierto en cuantas ocasiones nos hemos dicho a nosotros mismos; que acierto haber girado a la izquierda cuando salimos de casa al oír un derrumbe a los mismos metros que recorrimos pero que fue a la derecha de casa. O cuando dejamos de coger un numero de lotería por parecernos feo y luego resulto el ganador.
ResponderEliminarPero lo que no podemos cambiar es lo que ya sucedió sea bueno o malo.
Saludos.
Interesante, somos evolución y por bien nuestro, evolución acompañada de algo de sabiduría... Me gusta el positivismo que emana tu blog (me quedo por aquí para contagiarme un poquito😉)
ResponderEliminarHasta pronto.
Hay versos que no solo cierran un texto, sino que lo abren hacia dentro. Los tres últimos de este poema, Neuriwoman, son de esa estirpe rara: no explican, revelan. Logras que el lector no se sienta aleccionado, sino acompañado en su propia búsqueda. Esa imagen de las señales que “un día, tal vez… nos cuenten la historia completa” es de una ternura sabia, como si el alma misma nos susurrara que todo lo vivido (incluso lo incomprendido), tiene su lugar en el tapiz. No hay dogma, hay confianza. Y esa confianza, tejida con hilos invisibles, es lo que convierte tu poesía en brújula.
ResponderEliminarFeliz viernes.
Profundo poema. Tienes razón hay señales y cosas q ue dejamos en el pasado que nos podrían ayudar ahora. Te mando un beso.
ResponderEliminarEs verdad que con el paso de los años, hay situaciones, hechos que tal vez no entendimos en su momento y que hoy en día son de una claridad asombrosa, palabras que dijimos y que hoy no hubiéramos dicho, conversaciones que no tuvimos y tal vez deberíamos de haber tenido y que hoy con nuestra vivencia y experiencia se nos antoja de lo más fácil del mundo. Dé todo se aprende, de lo dicho y de lo callado, de lo fácil y de lo difícil, es lo bonito de nuestra vida, una continua labor de aprendizaje. Saludos
ResponderEliminarSin duda que hay hilos invisibles que tejen nuestro destino y con el tiempo puede parecer distinto. Me encantó. Un abrazo
ResponderEliminarEstoy de acuerdo contigo, que antes no lo veíamos, o no lo entendíamos, y en cambio, cuando ha pasado el tiempo nos hemos dado cuenta, porque las circunstancias van cambiando al igual que nosotros.
ResponderEliminarMuy bonito tu poema, y además, reflexivo.
Un beso enorme.
Hermoso poema y coincido contigo.
ResponderEliminarCuantas veces nos preguntamos y porqué? y el tiempo nos da la respuesta.
Pero no podemos evitar vivir momentos amargo que el tiempo borrará o dejarán de hacernos mal.
Es una delicia leerte. que tengas un feliz día.
Besos bella
Una reflexión muy profunda sobre cómo las señales del pasado nos ayudan a comprender el presente. Tus palabras invitan a mirar con atención y aprender de cada experiencia vivida.
ResponderEliminarCon cariño,
Daniela Silva ♡
alma-leveblog.blogspot.com
Espero tu visita en mi blog
Es verdad. ¡Qué bien expresas lo que he pensado en muchas ocasiones! Un saludo.
ResponderEliminarCuando algo duele demasiado es imposible aprender nada. Con el tiempo la herida se cierra, deja de doler, o duele de otra manera, duele en la distancia. Entonces sí es posible volver sobre ello y extraer algún tipo de lección.
ResponderEliminarUna reflexión muy sabia la que traes, como de costumbre...
Y por eso pedimos a veces una segunda oportunidad, o desearíamos volver al pasado para arreglar un desaguisado que ahora por fin entendemos. Hay gente que no se arrepiente de nada. No es mi caso: algunas veces no cabe duda de que podías haberlo hecho mejor, y todo hubiera sido distinto.
ResponderEliminarAbrazos!
Muy de acuerdo con lo que escribes. Besos.
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