El otro día pensaba en esta conocida frase sobre la idea de que “Cualquier tiempo pasado fue mejor…” y en como parece que hayamos invertido nuestra brújula emocional: antes tendíamos a idealizar el pasado, mientras que ahora se deposita toda esperanza en el futuro.
Pero pensándolo bien ambas son lo mismo: una forma de evadirnos del presente.
La frase refleja esa nostalgia que busca consuelo en lo conocido, en lo vivido, en lo que ya no puede herirnos porque quedó atrás.
Pero todo no fue tan bonito y es que la memoria se empeña en embellecer el pasado, filtrando recuerdos dolorosos y resaltando lo bueno que añoramos. En una mirada más conservadora de refugio en lo ya probado.
Ahora, parece que se ha girado el polo hacia adelante y que “todo lo bueno está por venir”. El futuro es el nuevo paraíso prometido, cargado de progreso, tecnología, salud, longevidad, incluso de inmortalidad… Se ha convertido para nuestra sociedad en un acto de fe moderna.
Pero cuidado que también puede convertirse en una huida: posponer la plenitud, evitar lo que no encaja en el presente. Como si lo único que importara fuese “lo que será”, no “lo que es”.
Considero que ambas visiones pueden ser trampas si nos desconectan del aquí y el ahora. Porque idealizar el pasado nos paraliza; idealizar el futuro nos impacienta.
Tal vez deberíamos considerar que lo mejor no esté en antes ni en después. Tal vez sea más sencillo y lo mejor esté cuando estamos.
Hay que vivir el presente, antes simplemente éramos más jóvenes y mañana estaremos más achacosos.
ResponderEliminarBesos.
Muy de acuerdo con tus palabras, sin darnos cuenta maquillamos el pasado pero efectivamente tuvo sus "cositas" como también las tendrá el futuro.
ResponderEliminarDebemos vivir el presente huidizo, ¡Pero eso es tannnnnn difícil....!
Pues por ahí va la vida bien entendida, Emilia.
ResponderEliminarEn el instante, el aquí y ahora. Pero comprendo que esto no sea la realidad de muchos... Y ello también es la vida tal cual es!
Abrazos.
Es una frase que la solemos utilizar tal vez muchas más veces de lo que se debería.
ResponderEliminarMi pasado me gusta y quizás se idealiza un poco, pero también lo hacemos con el presente. Ade el presente en un plis plas es pasado , el tiempo es muy relativo.
Vivamos el momento y seamos nosotros mismos siempre. Un besote en pasado , presente y futuro . muakkkk.
Dada mi tendencia a la melancolia, el futuro siempre me ha parecido un lugar que asusta, en donde siempre estoy en penuria.... es por ello que si, cuanto mas se viva en el presente, haciendo las cosas correctas, se puede evitar esos futuros de tragedia.... el presente pues es un fortin en donde lucho contra esos fantasmas futuros que nunca se presentaron en mi pasado.
ResponderEliminarTodo pasa en el presente... incluso el pasado queda filtrado por el momento en que se recuerda... y el futuro es a veces sorprendente, o inimaginable, o consecuencia... Tienes gran razón, vivamos el momento presente, sin más... Buen viernes!
ResponderEliminarEl presente es el único momento sobre el que podemos incidir. El futuro depende de lo que hagamos en el presente. Un paso cada vez es suficiente. Simplemente esperar asegura la frustración y el fracaso de las ilusiones.
ResponderEliminarSaludos!
Neuriwoman, he leído tu post con la atención que merece una reflexión tan afinada como la que propones. Me ha conmovido profundamente esa frase que parece contener una brújula existencial: “Porque idealizar el pasado nos paraliza; idealizar el futuro nos impacienta.” Qué certera forma de nombrar dos formas de evasión que, aunque opuestas en dirección, comparten el mismo desenlace: la fuga del presente.
ResponderEliminarTu párrafo final me ha dejado pensando largo rato. “Tal vez deberíamos considerar que lo mejor no esté en antes ni en después. Tal vez sea más sencillo y lo mejor esté cuando estamos.” Qué verdad tan desnuda y, a la vez, tan esquiva. Me ha recordado a Simone Weil, cuando escribió que “la atención absoluta es oración.” Y pienso que eso es lo que haces aquí: invitas a una atención radical al instante, sin adornos ni promesas.
Gracias por este texto que no busca agradar, sino despertar. Lo guardaré como se guardan las palabras que nos devuelven al centro.
Un abrazo fuerte de viernes.