Procrastinación o "no dejes para mañana lo que puedas hacer hoy"



Ya nos daban este consejo de "no dejes para mañana lo que puedas hacer hoy" nuestros sabios mayores para acabar con esa pereza rutinaría de ir dejando de un día para otro las tareas más variadas. Lo que popularmente en otros tiempos se llamaba pereza ahora se denomina procrastinación, siempre y cuando su grado constituya un trastorno del comportamiento que afecte al desarrollo normal de nuestra vida, hobbies y trabajos.

La procrastinación como transtorno del comportamiento consiste en postergar de forma sistemática aquellas tareas que debemos hacer, que son cruciales para nuestro desarrollo y que son reemplazadas por otras más irrelevantes pero más placenteras y rápidas de llevar a cabo.

Y cada vez más se está convirtiendo en un serio de problema que afecta a al salud psicológica de los individuos y, por ende, a la salud social de una comunidad.

Los causas o motivos que pueden llevar a una persona a padecer de procrastinación son tan diversos y complejos que resultaría muy complicado intentar desgranarlos en tan corto espacio. Hay personas que "procrastinean" de resultas de un estado depresivo (la depresión conduce a estados de letargo). Otras en cambio son amantes del perfeccionismo, y ésto las priva de empezar a realizar proyectos porque temen que no podrán hacerlo tan perfecto como ellas desean, y por lo tanto pierden la motivación. También una baja tolerancia a la frustración ayuda a "dejar las cosas de lado", por miedo a que nos desborden y por tanto por miedo a cómo nos sentiremos entonces. Otro perfil muy distinto sería el de aquellas personas muy activas que disfrutan gestando ideas, pero que no pueden finalizarlas porque enseguida se distraen generando ya la siguiente; y postergan así decenas de tareas que obviamente no tienen tiempo para completar.

La procrastinación, aún con toda su complejidad y multitud de raíces, es también un problema de "motivación". La mente procrastinadora tiene problemas con los mecanismos del cerebro responsables de la sensación de recompensa ante logros distantes en el futuro. Al ser incapaz de experimentar esas satisfacciones, la mente del procrastinador no puede superar el umbral de motivación suficiente para activar al individuo y animarlo a desempeñar las tareas que necesita.

En la actualidad se esta convirtiendo casi en una epidemia a resultas de la forma de educación que reciben los niños, a los que acostumbramos a obtener recompensas inmediatas. De esa forma generamos la ley del minimo esfuerzo y el trabajar para obtener buenos resultados a medio o corto plazo queda postergado. De alguna forma estamos dando lugar a nuevas generaciones que podriamos denominar "de cerebro distraido".

Comentarios

  1. Hola Neuriwoman, muy interesante esta entrada y muy bien expresada.
    Si me lo permites, me gustarìa añadir que, en cuanto a la educación que damos a los niños hay otro factor que creo que fomenta la procastinación, y es el apretadísimo programa de actividades al que hoy en día se somete a los niños.
    Digamos que su día a día está sustentado por "el programa" (colegio, deberes,actividades extraescolares...) Si hiciéramos desaparecer este armazón de repente, muchos de ellos tendrían la sensación de ir a la deriva, porque no les hemos entrenado para finalizar las tareas para su propia satisfacción, sino porque hay que cumplir con "el programa", y al faltar éste, desaparece la motivación.
    Como cuando a los Gigantones de las fiestas les quitan la estructura de madera y todo lo que queda es tela...

    (No sé si vale hacer comentarios a entradas de hace tres meses)

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  2. Totalmente de acuerdo contigo Julia, se lo damos todo tan planificado y masticado que ellos solo han aprendido a tragar y tragar. Sin saber que en esos pasos previos ellos también deben participar.

    Les pasa igual en el mundo de los juegos, yo recuerdo que de pequeña mis mejores juguetes los pensaba yo misma, los diseñaba y les echaba mucha imaginación e ilusión.

    Pintaba y recortaba mis muñecas recortables, les hacia ropa con cualquier trapito liado a las de goma, las pinzas de madera de tender la ropa eran maderas para crear cabañas, puentes y casitas para mis recortables...Dedicaba mas horas a los previos que al juego en si, y eso es lo que pasa ahora que le damos el juguete tan sofisticado y ellos tienen que poner tan poco de su parte que se aburren a la media hora.

    A veces comparo la situación de los niños con sus videoconsolas todas las vacaciones durante horas delante del televisor con las gallinas en esos ponederos artificiales, alli encajonadas y con luz artificial, sin andar, sin salir, prisioneras...

    Bueno que nuestros niños deberían estar moviendose, mi marido jugaba todos los días al futbol en el recreo del colegio, a la salida de clase, los sabados al pin pon...Eso hacia antes un niño normal y se llamaba "jugar". Pues hoy día mi hijo hace lo mismo, le encanta el futbol, juega al pin pon, práctica karate...y sabes como le dicen "que es un gran deportista". No se si me explico, pero me refiero que jugar, correr y saltar para nuestros niños superprotegidos ya no es algo normal.

    Respecto a tu pregunta si vale hacer comentarios a entradas antiguas, pues si. Puedes comentar lo que tu quieras porque al tener puesto en el blog la moderación de comentarios veo si alguien ha comentado en cualquier entrada y puedo contestarla. Y echar un ratito de agradable charla como en esta ocasión contigo. Y si vuelves a comentar volver por aqui de nuevo.

    Encantada de conocerte y Feliz 2011.

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