Cómo vencer tus miedos: La sabiduría estoica de Epicteto
Cuentan que en una ocasión le pidieron a un respetado filósofo que explicara cuál era el mayor obstáculo que un ser humano tenía que superar para vencer sus miedos:
"El mayor obstáculo siempre es uno mismo".
El filósofo aseguró que un perro se lo había enseñado: "Paseando por la orilla de un río, vi a un perro que se moría de sed. El animal apenas se atrevía a acercarse al agua, pues cada vez que lo hacía confundía su propio reflejo con el de otro animal. Tenía tanto miedo a ser atacado que no paraba de ladrar y permanecía a metros de la orilla. Sin embargo, tal era su sed que finalmente se lanzó al agua. Y el otro perro, que era su obstáculo, desapareció. Y así fue, como al enfrentarse a su supuesto enemigo, aquel perro se venció a sí mismo."
Una metáfora sobre cómo muchas veces nuestros miedos y obstáculos más grandes provienen de nuestra propia percepción de las cosas. El perro, en su miedo al reflejo que veía en el agua, no podía diferenciar entre un peligro real y una ilusión.
Al final, al enfrentarse a lo que temía, se dio cuenta de que el “enemigo” era solo una proyección de su mente y, al superarlo, pudo saciar su sed.
Porque nuestros miedos, en numerosas ocasiones, no provienen de amenazas externas reales, sino de las ideas que nos formamos en nuestra mente sobre lo que podría ocurrir.
Esta parábola se atribuye a Epicteto, un filósofo estoico de la antigua Grecia. Quien utilizaba este tipo de relatos para ilustrar las enseñanzas de la filosofía estoica, que enfatiza la importancia de controlar nuestras reacciones y percepciones frente a los eventos que no podemos cambiar, y enfocarnos solo en lo que está dentro de nuestro control.
Certera enseñanza, Emilia, la de enfatizar la virtud, la razón y el control sobre nuestras emociones.
ResponderEliminarPero no es sólo que nuestros miedos, que en numerosas ocasiones, no provienen de amenazas externas reales, sino de las ideas que nos formamos en nuestra mente sobre lo que podría ocurrir, nos condicionan. Es que esas situaciones, nuestras, acaban afectando a terceras personas, contextos, etc.
Abrazos.
Buenos días, no hay peor miedo que aquel que vine desde dentro de nuestro ser. Porque es incontrolable y la mente es tan poderosa que como se empeñe en seguir con él nos cuesta alejarle.
ResponderEliminarVamos a pensar en tener un bonito fin de semana y alejar los miedos de nuestra mente,. Besos.
La historia del perro y su reflejo es una metáfora poderosa que nos invita a mirar hacia adentro y cuestionar la naturaleza de nuestros miedos. Me encanta cómo conectas esta parábola con las enseñanzas de Epicteto y la filosofía estoica, recordándonos que, muchas veces, somos nosotros mismos quienes creamos las barreras que nos impiden avanzar.
ResponderEliminarBuen fin de semana.
El miedo es sano, es una manera que tenemos los humanos de poder hacer frente a los obstáculos y problemas que a lo largo de nuestra vida van apareciendo, pero no cabe la menor duda que a veces nuestros propios miedos interiores nos imposibilitan a encontrar las soluciones a los conflictos y te agarrota de tal manera que no ves la solución al problema, porque tu propio miedo a descubrirlo no te lo permite. Saludos
ResponderEliminarQué bueno y qué cierto. El miedo es irracional y puede paralizarnos.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo!
Que gran verdad es que en muchas ocasiones somos esclavos de nuestros propios miedos. Besicos
ResponderEliminarAsi es, dos niñas de 4 y 6 años su padratro las dejo en la selva, tres dias despues las encontraron y lellas contaron que chupaban las hojas para calmar la sed, comian frutas silvestres y dormian en la hojarasca. Un adulto hubiera enloquecido de miedo pensando en el jaguar, las serpientes y las arañas, algo que las niñas jamas pensaron.
ResponderEliminarsaludos