De las dichas y desdichas de "Benavides" y "Malospelos" los Leones del Congreso.
Seguro que muchos de vosotros solo les conoceis de vista y con el generico nombre de "Los leones del Congreso". Pero son dos y cada uno tiene su propio nombre: uno es Daoíz y el otro Velarde, aunque la gente los rebautizo con otros dos nombres más castizos. Y ha llovido mucho desde entonces.
Así que paso a contar la curiosa historia de como nuestros actuales leones del Congreso de los Diputados aparecieron un día flanqueando sus puertas despues de una larga serie de dichas y desdichas. Como la falta de ideas, la superstición, la falta de dinero, la falta de materiales y otras muchas faltas que no consiguieron quitarles el lugar que hoy ocupan nuestros queridos "Benavides" y "Malospelos" (así rebautizados cariñosamente por los madrileños).
Todo comienza un día de 1850 cuando una vez inaugurado el edificio del Congreso se colocan sendas farolas en el lugar que hoy ocupan los leones. La gente les toma mania y como tampoco eran del agrado de los parlamentarios se comienza a pedir ideas para sustituirlas por otra cosa más emblemática.
Se encarga la tarea del diseño al escultor de moda, Ponciano Ponzano (cuyo nombre debio ser el pitorreo de sus años de colegio). En fin que a este buen hombre se le ocurrio lo de colocar un par de leones flanqueando la entrada. Sin embargo, era un poco maniatico y bastante supersticioso por lo que nunca realizaba obras en piedra ya según decía le traian mala suerte.
Por tanto y como no había dinero para realizarlos en metal, se fabrican los leones en yeso, eso si con una buena manita de pintura que simulara el color del bronce. En 1851 se colocan los leones, pero en menos de un año ya estaban deteriorados por las inclemencias climáticas y también debido a la mala calidad de los materiales.
Nuevamente, ante la presión social y los ataques de la prensa, los políticos se ponen en contacto con Ponciano para realizar los leones en bronce de buena calidad. Sin embargo el presupuesto resultaba excesivo para las pauperrimas arcas del pais y las negociaciones con el escultor quedan rotas. Porque ya sabeis que este hombre trabajar en piedra, pues no trabajaba por muy escultor que fuese.
Así que cambian de criterío decidiendo poner dos leones realizados en piedra por el escultor José Bellver. Pero nuevamente fue otro fracaso porque eran demasiado pequeños y más que leones parecían dos perritos diminutos y malcarados. Así que estos leones despues de una temporada alli puestos fueron vendidos por feos. Y vuelta a empezar con los problemas.
Y como en este pais siempre pasa lo mismo mientras que seguiamos en decadencia, los políticos en vez de hacer su trabajo continuaban discutiendo por el tema de los leones. Decidiendo entonces dejar el asunto en manos del ejército, que se puso en contacto con una fundición de Sevilla. Éstos mandaron contestación de que era muy complicado, que no tenían la maquinaria adecuada y que la única solución era fundirlos en París.
Así que paso a contar la curiosa historia de como nuestros actuales leones del Congreso de los Diputados aparecieron un día flanqueando sus puertas despues de una larga serie de dichas y desdichas. Como la falta de ideas, la superstición, la falta de dinero, la falta de materiales y otras muchas faltas que no consiguieron quitarles el lugar que hoy ocupan nuestros queridos "Benavides" y "Malospelos" (así rebautizados cariñosamente por los madrileños).
Todo comienza un día de 1850 cuando una vez inaugurado el edificio del Congreso se colocan sendas farolas en el lugar que hoy ocupan los leones. La gente les toma mania y como tampoco eran del agrado de los parlamentarios se comienza a pedir ideas para sustituirlas por otra cosa más emblemática.
Se encarga la tarea del diseño al escultor de moda, Ponciano Ponzano (cuyo nombre debio ser el pitorreo de sus años de colegio). En fin que a este buen hombre se le ocurrio lo de colocar un par de leones flanqueando la entrada. Sin embargo, era un poco maniatico y bastante supersticioso por lo que nunca realizaba obras en piedra ya según decía le traian mala suerte.
Por tanto y como no había dinero para realizarlos en metal, se fabrican los leones en yeso, eso si con una buena manita de pintura que simulara el color del bronce. En 1851 se colocan los leones, pero en menos de un año ya estaban deteriorados por las inclemencias climáticas y también debido a la mala calidad de los materiales.
Nuevamente, ante la presión social y los ataques de la prensa, los políticos se ponen en contacto con Ponciano para realizar los leones en bronce de buena calidad. Sin embargo el presupuesto resultaba excesivo para las pauperrimas arcas del pais y las negociaciones con el escultor quedan rotas. Porque ya sabeis que este hombre trabajar en piedra, pues no trabajaba por muy escultor que fuese.
Así que cambian de criterío decidiendo poner dos leones realizados en piedra por el escultor José Bellver. Pero nuevamente fue otro fracaso porque eran demasiado pequeños y más que leones parecían dos perritos diminutos y malcarados. Así que estos leones despues de una temporada alli puestos fueron vendidos por feos. Y vuelta a empezar con los problemas.
Y como en este pais siempre pasa lo mismo mientras que seguiamos en decadencia, los políticos en vez de hacer su trabajo continuaban discutiendo por el tema de los leones. Decidiendo entonces dejar el asunto en manos del ejército, que se puso en contacto con una fundición de Sevilla. Éstos mandaron contestación de que era muy complicado, que no tenían la maquinaria adecuada y que la única solución era fundirlos en París.
La reinsa Isabel II, recordando la invasión napoleónica unas décadas antes, comento que sería una vergüenza para España que un símbolo del pais fuera realizado en el extranjero, por lo que ordenó que se fundiera en Sevilla con la supervisión de nuestro ya querido y conocido Ponzano.
Dado que continuabamos sin tener dinero, decidieron fundir unos cañones incautados en la Guerra de Marruecos, que habian sido traidos a España como trofeo de guerra. Por fin en 1865, los leones, bautizados como Daoíz y Velarde (nuestros héroes del 2 de Mayo de 1808) fueron terminados y alabados incluso por la reina.
Pero con tanta gente opinando, al ser trasladados a Madrid un grupo de parlamentarios empezó a criticar el origen guerrero del bronce, argumentando que no podían representar al congreso dos figuras realizadas con material de guerra. Se llegó incluso a hablar de su destrucción, pero afortunadamente (para los leones por lo menos) en 1872 dejaron el debate y se colocaron en el lugar que ocupan en la actualidad. Y colorin colorado la historia de "Benavides" y "Malospelos" ha terminado.
Me ha encantado conocer la historia de los leones del congreso, gracias. Saludos.
ResponderEliminarSe sabe porque los llamaron de ese modo tan peculiar, "benavides y malospelos"?
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