El renacimiento emocional: cuando floreces tras el invierno más duro de tu vida
“Podrán cortar todas las flores, pero no podrán detener la primavera”
Esta frase de Neruda es la que encabeza este blog desde sus orígenes, y la elegí porque tiene un significado profundo y muy especial para mi.
Hay momentos en la vida que se sienten como un largo invierno emocional. Días grises, emociones congeladas, y una sensación de estancamiento que parece no tener fin. Pero al igual que la naturaleza, las personas también tenemos estaciones internas, y el invierno, por frío y sombrío que sea, prepara el terreno para una nueva floración.
El renacimiento emocional no ocurre de la noche a la mañana. Es un proceso lento, a veces imperceptible, en el que algo dentro de ti comienza a despertar. Un pensamiento más amable, una sonrisa que vuelve a aparecer sin esfuerzo, un pequeño deseo de volver a intentarlo. Son señales de que la primavera se acerca.
Este florecimiento interno suele llegar después de haber tocado fondo, en mi caso fue una grave enfermedad, un tumor craneal y las secuelas que tras la cirugía quedaron como parte de mi nueva vida; en otros casos podría ser por una ruptura, o la perdida de una persona muy querida, el trabajo o cualquier otra circunstancia vital. Y es llega un momento en el que ya no queda más que soltar lo viejo y dejar espacio para lo nuevo. Y es en ese espacio —limpio, aunque doloroso— donde germinan nuevas esperanzas, proyectos, relaciones y versiones de uno mismo.
Renacer emocionalmente es un acto de valentía. Significa permitirte sentir otra vez, confiar en que el dolor no es eterno y abrir los brazos a lo que viene, aunque no sepas exactamente qué es. Es darte permiso para vivir, no como eras antes, sino como puedes ser ahora, más fuerte, resiliente y sobretodo más consciente.
Porque el invierno emocional no es una derrota, es una pausa. Y el renacimiento no es un milagro externo, sino una decisión interna: la de volver a ti, a tu luz, y permitirte florecer de nuevo, una vez más.
Emotional rebirth is a process of deep personal transformation that may include changes in a person's worldview, values, emotions, and behavior. The term is associated with the concepts of personal growth, self-development, and inner work on oneself.
ResponderEliminarSi que conozco ese invierno... O noche, yo viví algo así, muy feo. No sé lo deseo a nadie.
ResponderEliminarUn colibrí y un perro callejero me sacaron a la primavera, a la vida.
Besos.
Tienes toda la razón, después del invierno llega el renacer de la primavera y no solo en la tierra, si no en nosotros mismos.
ResponderEliminarBesos.
Dese tu experiencia das un ejemplo de valentía, lo has descrito muy bien esa faceta que la vida pone en el camino y nos hace reflexionar, de cómo queremos vivir después de un duro golpe la vida.
ResponderEliminarUn nuevo renacer no es fácil, pero las ganas de vivir de volver a sentir esa brisa por dentro y fuera de nuestro cuerpo es lo que nos hace salir del letargo invierno y afrontar una primavera de ilusión y nuevas renovadas emociones.
Que así sea, y disfrutes de todo lo bueno y bello que te ofrezca este nuevo renacer.
Besos y abrazos 🌹🌹😘😘
Totalmente de acuerdo con tu comentario, es verdad que después de llegar a tocar fondo hay que tomar impulso y renacer, es una tarea ardua y que lleva tiempo y además hay que tener el valor suficiente para por lo menos intentarlo, como tú lo hiciste , consiguiendo ver nuevamente la luz, una luz distinta pero mucho más brillante. Un abrazo
ResponderEliminarAunque doloroso en su fondo, hermoso y didáctico en su forma. Y esa perla final para recordar y tener muy en cuenta: "...el invierno emocional no es una derrota, es una pausa"
ResponderEliminarGracias por este post.
Un abrazo
Asi debe ser, el invierno no debe ser eterno, siempre desaparece con una primavera que es muy bella, mas bella que el otoño.
ResponderEliminarA veces y aunque sea muy doloroso es bueno tocar fondo para poder renacer de nuestras cenizas. Lo has explicado muy bien con la metáfora del invierno y el renacer de la primavera. Ahora toca disfrutar de la vida y ver la luz.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Unas palabras llenas de sabiduría y de algo que llamaría, una extraña calma, no sabría explicarlo :)
ResponderEliminarTocamos fondo, creemos que no podremos levantarnos nunca más y, sin embargo, lo hacemos, lo intentamos, peleamos siempre... es algo inherente al ser humano, y eso es bonito, pero mi lado pesimista sospecha que, en cada golpe recibido, nos dejamos algo, nos levantamos, sí, pero un poco más rotos.. No sé...
Un abrazo
Me encanta tu inspiradora siempre estimulante mirada, amiga. Lo importante es aprender de cada golpe o bajón. Existen, y todas pueden ser buenas, no?
ResponderEliminarLlega un punto en que quizá no sabemos a dónde tenemos que ir, pero sabemos que tenemos que movernos. Y para averiguarlo no nos queda otra que dar ese primer paso incierto que seguirá a otro a paso.
ResponderEliminar